Siempre he sido un solitario y nunca antes me había importado. Soy una sombra en la vida de las personas, ni siquiera creo que he llegado a ser un vago recuerdo.
Soy un experto en el arte de estar solo, a pesar de que llegué al punto en que me acostumbre a la soledad, en este momento, cuando tengo en quien confiar plenamente, me siento realmente vacio, triste, solo.
Saldrán aquellas personas que me digan "no estas solo, cuentas conmigo", lo curioso es que en el momento en el que los necesite sólo estará mi botella de tequila y mi soledad.
Tengo en quien confiar y aún así llegan días en que sólo siento su indiferencia, su apatía, sus ganas de salir de mi vida. Tal vez sea lo mejor, podrá tener por fin la tranquilidad que merece.
Si he vivido en soledad tantos años, no creo que sea difícil volver a ella. Además, para que haya un balance en el mundo algunos debemos vivir en la soledad y sólo ver la felicidad de los demás. El problema es que siempre he visto la felicidad de los demás, ¿Acaso es mucho pedir un poco para mi?
Tal vez debamos existir los miserables para que los otros puedan apreciar su felicidad, tal vez ese es mi papel en este mundo, mostrar a los demás que su vida no apesta, que podrían estar peor.
Y si no es para eso que estoy en este mundo… ¿Entonces para que?
Fuente: Happix
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