Una resistente cultura del resultado se traduce en mayor motivación, sentido de pertenencia y motivación propia, lo que sin duda es una ventaja personal y profesional.
La diferencia estriba en que nuestra cultura suele premiar el esfuerzo, no el resultado. En todos los ámbitos de nuestras vidas incluyendo el profesional, lo que importa es el "esfuerzo", cuánto nos desvelamos, cuánto lo intentamos y la intención con que lo hicimos, más allá de alcanzar o no el objetivo del esfuerzo: el resultado.
Muchas veces porque como padres, incluso inconscientemente, no queremos hacernos responsables de la falta de resultados de nuestros hijos, que en todo caso durante buena etapa del desarrollo es nuestra responsabilidad directa. Si el niño no obtiene resultados, pero se esfuerza entonces es suficiente, "si no destaca en esto, seguramente encontrará en que destacar", o incluso más dañino, "bueno te esforzaste, pero hay gente mejor que tu", o "aunque se esfuerce éste chamaco no va a dar una, pero igual que se siga esforzando, es lo importante". Esto es lo que llamo la cultura del esfuerzo. Ya en nuestra vida profesional: "no valoran mi esfuerzo", "me desvelé toda la noche y sólo porque un número no cuadró, nada de lo que hice sirvió, no valoraron todo lo que hice", "llevo tres años trabajando en esta empresa y no me aumentan el sueldo, no valoran mi trabajo"... ¿y los resultados?
Entonces ¿debemos ser obsesivos por el resultado?, no, para nada, tampoco comparto esa visión de muchos gerentes. Los chinos no son obsesivos del resultado, sino que enfocan su esfuerzo en pro del resultado, esto es, planeación y ejecución al mayor nivel que su mente y su tiempo les permita, y cuando saben que su mente o su tiempo no se lo permite entonces dicen no.
La raíz de nuestra Cultura del Esfuerzo la identifico en cinco factores: Enfocarnos en el esfuerzo, No Planear, No Medir, No ejecutar y No saber decir que NO. Por más esfuerzo titánico que hagamos, si no corregimos estos componentes no habrá manera de alcanzar el resultado y seguiremos frustrados porque "no valoran nuestro esfuerzo".
No digo no te esfuerces, digo, esfuérzate con el enfoque en el resultado, porque finalmente el resultado siempre será más gratificante que el esfuerzo, tampoco te obsesiones con el resultado, cuando el resultado excede los límites reales de la física (tiempo, espacio y habilidades) entonces será el momento de decir no o de plantear ideas y condiciones para un sí.
Fuente: Marcelo Tedesco El Universal
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