La historia de esta fotografía es contada por Canelo y su muy particular estilo:
Érase una vez, en el patodromo, habíamos salido de una clase. Era una tarde un poco calurosa, La luz del sol se filtraba entre las 2 torres del centro de cómputo y Liza, George, Mayc y Canelo caminaban hacia el patodromo para discutir el avance de un proyecto final.
Varios días atrás Mayc había traído su cámara Olympus para tomar unas fotos y Canelo había empezado a tener curiosidad sobre los conceptos generales de fotografía y también tenía ganas de adquirir una cámara fotográfica para empezar a tomar sus propias fotos. Canelo sabía que clase de fotos le gustaban, él tenia ganas de tomar fotos minimalistas, fotos de elementos sencillos pero con una gran profundidad de interpretación.
Ya estando en el patodromo, los 4 estudiantes empezaron a discutir el mejor enfoque a seguir para terminar el trabajo que les habían asignado, en tiempo y en forma. Liza empezó a comentar algunas cosas sobre cuando deberían empezar a trabajar. Mayc decía cosas sin sentido, George prestaba atención a lo que Liza decía y Canelo admiraba el bello momento que generaba el patodromo. Los árboles de hojas verdes cubrían todo el cielo, el sonido del agua y la luz absolutamente calida que se filtraba através de las copas de los árboles generaban un perfecto contraste mediterráneo.
De pronto Canelo voltea hacia una de las orillas del estanque y ve un pato parado, el pato estaba completamente iluminado por la luz del sol y pareciera como si estuviera meditando sobre la importancia de echarse a nadar al agua. Canelo piensa para sus interiores que es una bella postal y rápidamente voltea hacia Mayc y le pide su cámara, Mayc titubea un momento y Canelo insiste, Mayc saca la cámara, la abre y la prende ya que sabia que Canelo no sabia operarla al cien por ciento. Una vez con la cámara en las manos Canelo empieza a acercase sigilosamente al pato que seguía en la misma posición, acercándose con pasos calmos, Canelo extiende sus brazos, nivela bien la cámara, presiona levemente el botón del obturador para hacer el autoenfoque para luego presionar el botón hasta el fondo, la cámara toma la imagen y el sonido de la cámara espanta al pato el cual decide irse a nadar, terminando con la perfección de la escena.
Todos observan la foto del pato en la cámara de Mayc y se ven conmovidos por la ternura de ver al pato completamente absorto viendo la tranquilidad del agua. Con el paso de los minutos el tema del pato se pierde y todos vuelven a seguir planeando como terminar el proyecto que les fue asignado.
Unos días después Canelo iba caminando por unos de los pasillos del Tec cuando de pronto un anuncio pegado en un pizarrón llama su atención. Es una invitación a un concurso de fotografía auspiciado por el grupo de estudiantes de fotografía. Canelo decide participar ya que cree que su foto del pato tiene una buena oportunidad. Prepara la foto en blanco y negro, cumple con todos los requisitos y entrega la foto.
Varios días después Canelo recibe un correo en donde se le invita a la ceremonia de premiación la cual seria llevada a cabo en el Auditorio Elizondo, justo después del estreno de la obra de Jenkyl and Mr. Hyde. Canelo invita a George para que lo acompañe a ver a los ganadores. Cuando ambos llegan a las puertas del auditorio se dan cuenta de que las fotos se encuentran expuestas en el lobby del mismo, convencen al portero de que los deje entrar sin boleto solo para ver a los ganadores y al llegar a la exhibición, la decepción invade a Canelo, su foto no figura en ninguno de los puestos, de hecho su foto no figura en la exposición.
Guiado por la curiosidad Canelo vuelve su atención hacia las fotos ganadoras y después de un rápido vistazo se da cuenta que todas tienen algo en común, todas muestran a vagabundos en diferentes circunstancias. El primer lugar muestra a un vagabundo borracho junto con perro ambos postrados en la banqueta, el segundo lugar es un acercamiento a la payasita de A. Reyes, y el tercer lugar muestra a otro vagabundo en la calle. La decepción vuelve a Canelo ya que los resultados muestran lo obvio, los jueces prefirieron la banalidad de fotos de vagabundos que generan compasión en lugar de la espontaneidad, frescura y sorpresa que genera la foto de un icono del Tec, el Pato.
Sin embargo Canelo no se pone triste, ya que esta muy contento con su foto del pato, que quedara para la posteridad por su oportunista espontaneidad de capturar el momento en que un pato parece estar teniendo los mas profundos pensamientos, en una tarde calurosa después de una clase.
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