Se acabó el mundial. El evento que muchos esperamos cada 4 años se ha terminado. Cada vez que un evento de esta magnitud y de esta frecuencia se termina te queda un vacío, como que algo falta, como cuando se acaban tus vacaciones, al otro día tienes que ir al trabajo a la misma hora pero te queda la sensación de “Chin, no hay partidos hoy”.
Fue un evento emocionante pero no de buen nivel. Los partidos como siempre cardiacos, pero la calidad se dejó para otro torneo. Eso no quita que el mundial no se haya disfrutado, claro que no. Fue un mundial en la primera ronda soso pero se volvió emocionante en la segunda.
España es el nuevo campeón; un equipo que fue de menos a más, pero no tan a más como muchos esperábamos. Iniesta, el hombre que creaba todo; Puyol, el que destruía y empujaba al equipo (a este jugador es al que le tengo más respeto de toda la selección); Villa, el que siempre tiene que estar ahí para meterla; Casillas, el portero que mantuvo vivo a España en la final; todo un equipazo en cada una de las líneas. España jugó como su sobrenombre lo indica, “La Furia Roja”, y así jugó, a base de cojones.
Holanda un equipo que se mantuvo estable durante todo el torneo (y no crean que con muy buen nivel) y que con eso le alcanzó para poder llegar hasta la final. Pero en la final se decidieron a golpear, donde fácilmente pudieron haber quedado con 2 expulsados en el primer tiempo. Holanda fue una vergüenza en el partido pero generó las mismas oportunidades de gol que España, solo que Casillas les tapó todo.
Sigo pensando que la victoria de Holanda sobre Brasil fue un accidente; Brasil tenía un equipo estable donde la defensa se veía muy segura, pero resulta que lo que ganó en la defensa lo perdió mucho en la media y, si algo nos mostró España en este torneo es que la media fue lo más importante. No así de España sobre Alemania, donde Alemania se veía muy fuerte y con mucha estabilidad en todas sus líneas pero España les dejó hacer nada.
Al árbitro le sudó la mano, no quiso echar a perder el partido con una expulsión y aguanto lo que tenía que aguantar (muchas veces de más). Cuando veía las faltas y desplantes del equipo holandés me acordé inmediatamente de Marco Rodríguez (árbitro mexicano) que no hubiera solapado todo lo que pasó, con él la final hubiera terminado fácilmente con 3 expulsados.
A muchos no les gustó que Forlán haya ganado el “Balón de Oro” pero se lo merece. Es gracias a ese jugador que Uruguay llego hasta donde llegó. A diferencia de Messi con Argentina, Cristiano con Portugal y Kaká con Brasil, él (junto a Iniesta con España) se echaron el equipo al hombro, era el que movía las piezas dentro del campo, el que empujaba el equipo adelante. Cabe señalar que a Uruguay le tocó la segunda ronda más “tranquila” (Corea del Sur y Ghana), pero eso no quita que Forlán se merezca el premio.
¿Y lo que sucedió fuera del mundial? Pues no podemos olvidar al pulpo Paúl que se convirtió en la fuente más confiable para los apostadores, los pechos de Larissa “acábame de criar” Riquelme (y muchas mujeres más que la quisieron copiar), Puyol saludando a la reina de España en toalla, las &!$%# vuvuzelas y la novia de Casillas (y el beso después de la final, acción que me pareció romántica... sí a mí también me gusta el romanticismo), las banderitas de Twitter, Internet para ver los partidos del mundial en hora laboral y a pesar de las “licencias de transmisión”. En este mundial hubo de todo un poco para todos.
Pero se acabó señores, de aquí a 4 años nos tenemos que conformar con el nivel “mediocre” de las ligas españolas e inglesas, la Champions League y la Eurocopa; pero tenemos para disfrutar el “excelente nivel” de la Copa América, la Libertadores, la Sudamericana y de la Liga Mexicana (pura calida’) y por supuesto, no podemos olvidarnos del maravilloso torneo (que incluso tiene mejor nivel que la copa Mundial): la Champions League de la Concacaf.
Señores, se acabó el mundial, nos vemos dentro de 4 años en Brasil.
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