lunes, 10 de enero de 2011

Se busca empleado sumiso


Ando muy cansado, estuve trabajando todo el fin de semana y aparte de hacer muchos pendientes que tenía hoy. La verdad no tengo ganas de escribir pero debo de seguir con mi obligación con mis respetados lectores con esta costumbre de escribir diario (excepto fines de semana, hay que tener algo de vida) puro contenido de calida’.

El viernes, a pesar de estar exhausto, flaco, ojeroso y sin ilusiones, necesitaba salir. El exceso de trabajo me está ocupando demasiadas neuronas por lo que necesitaba salir. Fui a cenar con una amiga, Cris. Durante la cena estuvimos hablando de trabajo principalmente, sobre todo por el hecho de que este inicio de año hemos tenido demasiado y ha sido extenuante (pero es mejor que sobre a que falte)

Llegamos al tema de las entrevistas de trabajo, en como las empresas de reclutamiento se han convertido en filtros para evitar que gente activa (es la mejor palabra que encontré para gente con ambiciones, de las buenas), no llegue a la empresa. Buscan gente capaz de “manejar la maquinaria” pero dóciles. Ya saben “queremos que seas proactivo durante en el trabajo de la empresa, excepto cuando pidas aumento de sueldo”.

La mayoría de los jefes esperan que seas puntual, que seas proactivo (el significado de esta palabra depende de la persona, no del diccionario), que cumplas con tu trabajo, que te quedes tarde si es necesario (sin que te paguen horas extras), pero sobre todas las cosas, que siempre digas “sí, señor lo que usted diga”.

A lo mejor acabo de descubrir “el hilo negro”, pero me parece triste y patético. Una de las ventajas de no tener obligaciones con nadie es que te puedes dar el lujo de hacer acciones arriesgadas (en este caso, rechazar o cambiar de trabajo) ya que el único que paga las consecuencias de ellas es uno. Por lo tanto, cuando voy a una entrevista de trabajo y veo que lo que buscan es a alguien sumiso simplemente doy las gracias por el interés mostrado y me voy.

Muchos entrevistadores se molestan cuando les preguntan antes que nada “¿Cuanto ofrecen?”. En mi caso, como tengo trabajo, me es importante saber que lo que me ofrecen es mejor que lo que estoy ganando actualmente (o por lo menos que lo igualen) y después ver qué tipo de trabajo es, así nos evitamos perder mi tiempo y el del entrevistador. He ido a entrevistas donde después de horas de papeleo y pláticas con 2 o 3 personas, terminan dando una oferta extremadamente baja (o que no cumple con mi expectativa) y termino molesto porque perdí el tiempo.

Recuerdo que una vez rechacé una oferta laboral, ofrecida inicialmente por una empresa de reclutamiento que esperaba que cumpliera con todo un largo proceso para que solo me informaran su oferta económica. El diálogo que siguió después del rechazo fue el siguiente (palabras más, palabras menos):
  • ¿Sabes de otras personas que pudieran cumplir con tu perfil?
  • Sí.
  • ¿Me podrías pasar su nombre y su teléfono?
  • Claro, envíame un correo recordándome la solicitud y te los paso porque no lo tengo a la mano. También para enviarte el costo por su información.
  • ¿Perdón? ¿Qué costo?
  • El costo por enviarte su información. Tú eres una empresa de recursos humanos, tú ganas dinero por obtener información de potenciales trabajadores, ese es tu negocio. Como tú vas a ganar dinero por su información sería justo que yo, como el que te va a dar la información originalmente, también gane por ello.
  • O o… ok.
Obviamente jamás me envió el correo solicitándome la información.

UPDATE: Acabo de encontrar en Hazme el chingado favor un ejemplo para este post...

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