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viernes, 9 de enero de 2009

La Palapa (Alvarado, Veracruz): esto sí es atención.

Después de fin de año fuimos mi madre y yo a Alvarado a visitar a mi abuela. Una de las características principales que tiene Alvarado es que el marisco es muy bien preparado en casi cualquier restaurante al que vayas de esa ciudad. Antes de llegar con mi abuela fuimos a hacer una parada a un restaurante conocido como La Palapa que se encuentra un cerca de la entrada a Alvarado por la carretera a Veracruz.

El lugar es pequeño y sencillo. No es un restaurante de lujo pero es agradable, escuchas música de cumbia principalmente. La clientela principal son las familias y te podrás dar cuenta de ello debido a que las mesas son puestas para recibir al grupos o familias de al menos 6 integrantes (nosotros solo éramos 2 y nos tuvimos que sentar en una mesa para 6)

Lo que me sorprendió del lugar es su atención, una atención que en ningún restaurante de Monterrey he recibido en todo el tiempo en el que he vivido ahí. Como muchos sabrán soy muy exigente (por no decir mamón) en cuestión de la atención que recibo en un restaurante. Siempre he dicho que en México cuando vas a un restaurante, los encargados (meseros, garroteros, encargados, dueños, etc) te tratan como si ellos te estuvieran haciendo un favor al atenderte o siquiera pelarte. En este caso fue la excepción. A pesar de que el lugar tenía una buena cantidad de clientela (solo 2 o 3 mesas estaban desocupadas de las poco más de 20) y solo había 4 meseras nos atendieron rápido, ni siquiera tuve que buscar a la mesera con la vista, cuando me senté ya tenía la carta a la mano, ella ya estaba limpiando la mesa, ya me había colocado la botana de entrada (totopos con frijoles y salsa roja) y ya me había preguntado por la bebida. Pedimos una entrada de preparación rápida porque preparan la comida al momento y el hambre estaba medio canija.

Lo que me fascinó fue el agua de horchata de arroz que había pedido, no era de jarabe, era de arroz natural, y tenía muuuy buen sabor, hacía años que no tomaba horchata así de buena. Sorprendentemente en menos de 5 minutos ya teníamos mis tostadas de salpicón jaiba y un coctel chico de pulpo y camarón. 10 minutos después ya teníamos nuestra comida pesada: arroz a la tumbada y arroz con camarones además de las tortillas hechas a mano (ni siquiera nos habíamos acabado las tostadas y el coctél). Para los que no sepan que es el arroz a la tumbada hagan de cuenta que es una paella, la única diferencia es que es arroz rojo y tiene un poco de caldo, no es arroz seco.

Después de haber semi-acabado la comida (nos sirvieron un mucho, tanto que no me la acabé y para que yo no me acabe algo está muuuy difícil) mi madre tenía antojos de buñuelos (no hablo de las tortillas grandes con miel, hablo de una dona de harina bañada en miel, tradicional de Boca del Río) y la mesera dijo que ya no tenían que se habían acabado peeeeero... (esta es la parte que me encantó), nos dijo que las meseras habían guardado algunas para ellas y que nos iba a invitar de esas. Obviamente me sorprendí, no me esperaba esa respuesta, cualquier otro mesero hubiera dicho "no hay" y punto, pero esta no, buscó una solución a una necesidad del cliente y no se quedó con los brazos cruzados (a pesar de que no era su obligación de solucionarnos ese problema).

Obviamente como premio a su atención y al esfuerzo le dejé su buena propina (mucho más del que normalmente se daría) y por lo pronto sé que si alguna vez vuelvo a visitar Alvarado sé a donde voy a ir a comer mariscos.

La atención fue excelente, no te tratan mal, estuvieron atentos en las cosas que nos faltaban, fue rápido... ya con eso se había ganado la mesera una buena propina. Eso es lo que espero de cualquier restaurante, es lo mínimo que espero, no más no menos.

jueves, 27 de noviembre de 2008

Las tragicomedias del Torito Sinaloense

El Torito Sinaloense de Ave. del Estado cerca del Tec Campus Monterrey tiene historia dentro de la flota de Aricent México. Antes de cambiarme de oficina, la flota de Aricent y yo íbamos los viernes a este restaurante para salir de la rutina de comer en el Wal-Mart de Mederos (porque era el único lugar donde había variedad para comer y no conocíamos la existencia de "La Tía", después platicaré de ella)

Íbamos todos los viernes, era un lugar en donde la comida sabía (o sabe) bien a secas (soy de Veracruz, así que soy muy mamón en ese sentido), venden tacos de mariscos y alguno que otro platillo preparado también y eso en el norte es un poco raro y que los preparen bien es más raro aún, tomándo en cuenta que casi en cada esquina venden tacos de trompo (al pastor) y de bistec. El lugar es una palapa que llama la atención por la zona en que se encuentra y es relativamente cómodo.

Todo parece bien pero hay algo que nos molestaba: el servicio (pero a pesar de eso regresábamos, nos gustaba la mala vida, somos medio masoquistas) El servicio es un asco en todos los niveles, tanto en meseros, cocineros y en el dueño y/o administrador; y no lo digo por una vez, lo digo porque nos ha pasado en numerosas ocasiones.

Todos los viernes (todos) era estarnos peleándonos/enojándonos (bueno, estarme, yo era el único que la armaba de pedo por el servicio) si no era que te tomaban mal la orden, era que no se la pasaban al cocinero, o era que se le había olvidado, o te la daban mal cocinada, o se tardaban en cobrarte (sobre todo cuando uno tiene prisa porque tiene que regresar a trabajar) Lo peor del asunto es que el dueño/administrador del lugar es una persona que se la pasa platicando con comensales (amigos suyo supongo) en lugar de estar haciendo su trabajo, y estar detrás de sus empleados, a cada rato teníamos que estarle preguntando al dueño sobre nuestros pedidos y simplemente nos pedía disculpa por el servicio dando una excusa que de plano no nos satisfacía ni solucionaba el problema (eso sí, como acto de disculpa en tres ocasiones nos regaló una cubeta de 6 chelas, cuando en ocasiones éramos 12 comensales, ¡codo!).

Hay que ser sinceros, el lugar tiene fama en la zona ya que es de los pocos lugares que preparan el marisco de manera decente en relación con el precio y no tiene competencia por esa zona y por eso la gente sigue yendo (esto dicho por gente que he conocido y que ha ido) pero el servicio es de lo peor, casi siempre está lleno, pero con mucha o poca gente, no hay diferencia en el servicio (lo menos que tienes que esperar para que te sirvan es como 30 minutos, si bien te va). Sientes que en lugar de ir a pagar para comer bien, vas a pagar para rogar que te den de comer.

El lugar es pequeño, y a veces se llena (en ocasiones tuvimos que esperar mesa durante un buen rato) la palapa es cómoda (incluso en épocas de calor) y tienen pantallas de televisión (dos LCD's que jamás prendieron y creo que siguen sin prenderlas; hasta en la luz son codos)

¿Vale la pena ir? Si tienes paciencia contra todo (y cuando me refiero a todo es a todo) y no tienes hambre, pero sí antojo de marisco, ve. Pero no vayas si tienes hambre y buscas un buen servicio porque este lugar es de lo peor en ese sentido. En lo personal yo ya no regreso (creo que algunos de la flota de Aricent México siguen yendo) porque considero que no vale la pena esperar tanto tiempo por tu comida y que te den un mal servicio, hay otros lugares que son más caros pero los mariscos son igual de buenos y el servicio es bueno.