jueves, 27 de noviembre de 2008

Las tragicomedias del Torito Sinaloense

El Torito Sinaloense de Ave. del Estado cerca del Tec Campus Monterrey tiene historia dentro de la flota de Aricent México. Antes de cambiarme de oficina, la flota de Aricent y yo íbamos los viernes a este restaurante para salir de la rutina de comer en el Wal-Mart de Mederos (porque era el único lugar donde había variedad para comer y no conocíamos la existencia de "La Tía", después platicaré de ella)

Íbamos todos los viernes, era un lugar en donde la comida sabía (o sabe) bien a secas (soy de Veracruz, así que soy muy mamón en ese sentido), venden tacos de mariscos y alguno que otro platillo preparado también y eso en el norte es un poco raro y que los preparen bien es más raro aún, tomándo en cuenta que casi en cada esquina venden tacos de trompo (al pastor) y de bistec. El lugar es una palapa que llama la atención por la zona en que se encuentra y es relativamente cómodo.

Todo parece bien pero hay algo que nos molestaba: el servicio (pero a pesar de eso regresábamos, nos gustaba la mala vida, somos medio masoquistas) El servicio es un asco en todos los niveles, tanto en meseros, cocineros y en el dueño y/o administrador; y no lo digo por una vez, lo digo porque nos ha pasado en numerosas ocasiones.

Todos los viernes (todos) era estarnos peleándonos/enojándonos (bueno, estarme, yo era el único que la armaba de pedo por el servicio) si no era que te tomaban mal la orden, era que no se la pasaban al cocinero, o era que se le había olvidado, o te la daban mal cocinada, o se tardaban en cobrarte (sobre todo cuando uno tiene prisa porque tiene que regresar a trabajar) Lo peor del asunto es que el dueño/administrador del lugar es una persona que se la pasa platicando con comensales (amigos suyo supongo) en lugar de estar haciendo su trabajo, y estar detrás de sus empleados, a cada rato teníamos que estarle preguntando al dueño sobre nuestros pedidos y simplemente nos pedía disculpa por el servicio dando una excusa que de plano no nos satisfacía ni solucionaba el problema (eso sí, como acto de disculpa en tres ocasiones nos regaló una cubeta de 6 chelas, cuando en ocasiones éramos 12 comensales, ¡codo!).

Hay que ser sinceros, el lugar tiene fama en la zona ya que es de los pocos lugares que preparan el marisco de manera decente en relación con el precio y no tiene competencia por esa zona y por eso la gente sigue yendo (esto dicho por gente que he conocido y que ha ido) pero el servicio es de lo peor, casi siempre está lleno, pero con mucha o poca gente, no hay diferencia en el servicio (lo menos que tienes que esperar para que te sirvan es como 30 minutos, si bien te va). Sientes que en lugar de ir a pagar para comer bien, vas a pagar para rogar que te den de comer.

El lugar es pequeño, y a veces se llena (en ocasiones tuvimos que esperar mesa durante un buen rato) la palapa es cómoda (incluso en épocas de calor) y tienen pantallas de televisión (dos LCD's que jamás prendieron y creo que siguen sin prenderlas; hasta en la luz son codos)

¿Vale la pena ir? Si tienes paciencia contra todo (y cuando me refiero a todo es a todo) y no tienes hambre, pero sí antojo de marisco, ve. Pero no vayas si tienes hambre y buscas un buen servicio porque este lugar es de lo peor en ese sentido. En lo personal yo ya no regreso (creo que algunos de la flota de Aricent México siguen yendo) porque considero que no vale la pena esperar tanto tiempo por tu comida y que te den un mal servicio, hay otros lugares que son más caros pero los mariscos son igual de buenos y el servicio es bueno.