lunes, 11 de abril de 2011

El alcohol y yo


Voy a hacer una confesión en este blog de algo que me revienta el hígado (literalmente y metafóricamente) y que me ha hecho pensar en la forma de comportamiento de mis amistades, conocidos y sociedad en general y mis acciones (¿reacciones?) con ellos.

Para nadie es secreto que no soy una persona fanática del alcohol; lo consumo solo en ocasiones muy esporádicas. Mi apego al alcohol es muy similar al apego que le tengo al dulce de leche, me gusta su sabor y a veces se me antoja pero no soy fan de él y aunque esté disponible no quiere decir que lo voy a consumir.

El tomar alcohol (dígase cerveza, whisky, tequila, vodka, etc.) es algo socialmente tan arraigado que el hecho de rechazar una bebida alcohólica llega a ser sinónimo de rechazar a la persona o, incluso, a toda la concurrencia. Rechazarlo puede clasificar a la persona automáticamente, desde ser nombrado como “el sano” hasta ser clasificado como “paria social”, recibiendo como respuesta la tan conocida frase “no seas mamón” y otros vituperios pero siempre de forma “amistosa”.

Hago una comparación cuando alguien ofrece agua. Si te ofrecen agua y cortésmente la rechazas no le sigue ninguna interrogante, automáticamente se entiende que la persona no tiene sed o simplemente no quiere, punto. Con el alcohol es distinto, si rechazas cortésmente una bebida alcohólica automáticamente viene seguido por la interrogante “¿Porqué?” ¿En verdad uno tiene que justificar su respuesta en cuanto alcohol se refiere como si fuera alguna clase de disculpa?

Consumir alcohol en una reunión o en un evento social se ha vuelto tan necesario que no consumirlo te hace ver tan extraño como vestir traje de baño en una cena de gala: no estás haciendo nada malo pero estas fuera de lugar. Puede ser una fiesta, una tardeada, una cena, ir a un restaurante o solo ver un partido en la sala de la casa, pero el simple hecho de estar con un grupo de personas hace automáticamente necesario el consumo de alcohol y no me explico por qué.

En ocasiones me incomoda el hecho de que la mayoría de mis amistades consideren el alcohol como primera o, en muchas de las ocasiones, como única opción de bebida, que sea la razón principal con que nos reunimos, que sientan la necesidad imperiosa de llevarse a la boca X o Y bebida alcohólica y, sobre todo, que tengan la necesidad de hacer tomar a otra persona para sentirse cómodos.

He escuchado argumentos sociales tan profundos del porque debería aceptar la bebida que me ofrecen, pero todos llevan a la misma razón: por educación. Me ofrecen una bebida que provoca daños directos al corazón, el estómago, páncreas, hígado, reduce los glóbulos blancos y rojos, disminuye la libido, provoca infertilidad además de provocar dependencia ¿Y yo soy el mal educado por rechazarlo? Rechazo la bebida cortésmente mientras recibo presión para aceptarla ¿Y yo sigo siendo el mal educado?

La mayoría de las personas que conozco caen en la tentación de tomar alcohol debido a la obligación moral (¿social?) de consumir alcohol para estar en sintonía con el resto del grupo. El alcohol, a diferencia de otras drogas, principalmente es consumido en grupo porque por alguna razón se considera una droga social, una bebida “que une/crea amistades”, por desgracia por querer “unir amistades” se llega al extremo de acarrear una dependencia.

El síntoma de dependencia es el síntoma que más me afecta en lo personal con respecto a los demás. Verlos como se desesperan por tomar alcohol, escuchar las frases como “necesito un tequila”, “extraño la chela”, “me falta un whisky” o cualquier de sus variantes y decirlas con tanto ahínco que parece que su vida depende de ello es algo preocupante. Estoy consciente que de vez en cuando uno bromea con el alcohol, el problema se da cuando deja de ser una broma y se menciona con demasiada frecuencia y toda la sinceridad posible que deja de ser broma y se convierte en una prueba de adicción.

A mis amistades las aprecio, son personas con las que he pasado buenos y malos momentos, disfruto su compañía y, sobre todas las cosas, me importan; pero he de decir que algunos de ellos tienen problemas con el alcohol. Decirle a alguien que tiene un problema de alcoholismo acarrea muchas incomodidades porque normalmente las personas que se les menciona lo toman como alguna clase de crítica.

No es llegar al extremo de erradicar el alcohol completamente, como dicen desde hace años “nada con exceso, todo con medida” pero creo que tienen que entender que el que alguien no consuma alcohol no lo hace menos apto en la sociedad.

Pueden tomarlo como una crítica constructiva o pueden tomarlo como un reproche, la decisión es de ustedes.

4 comentarios:

Juan Manuel Trejo Sánchez dijo...

El único inconveniente de no tomar es que te expones a:

1. Cuidar borrachos, lidiar con necedades, retar a tu paciencia.
2. Perder el sentido de diversión porque no ves las cosas igual que tus amigos ebrios.

Yo tomo, pero no mucho y no siempre. Me vale madre la verdad lo que me digan si rechazo una. Hay gente que su manera de socializar es ofrecer cheve: aún no te acabas una y ya te pusieron otra.

la cheve es estrategia carnal. Quieres sacarle la sopa a tus trabajadores? Organiza una peda. Quieres cerrar ese contrato? Invítalo al rancho viejo, etc, etc...

El alcohol es un bastón, es un recurso que suple nuestras carencias sociales, o las causa. Si puedes pasarla bien sin alcohol, si puedes atreverte sin alcohol, si puedes agradar a la gente sin darles alcohol, mi amigo el mundo es tuyo!

Personalmente pienso que el alcoholismo es más una fuerte dependencia mental que una adicción fisiológica. Si no me crees dale a alguien cerveza sin alcohol y no le digas: su actitud de ebrio quedará intacta.

Cuando no tomas, las fiestas después de la 1 am pierden sentido, y las mujeres ebrias, alegres y gritonas pierden el atractivo.

así que supongo que unirte al club de vez en cuando no es malo.

bien por tí que no necesitas el alcohol para pasarla bien! Me pregunto entonces en qué vicio desperdicias tu dinero.

saludos man!

fanntine dijo...

Si creo que tiene que ver con la educación y los valores que existen en la sociedad como se encuentra actualmente, ojala en algún momento se llegue a lograr conciencia de que el alcohol no es igual a diversión.

Karma! dijo...

tu post me dio sed...

Saul Haro dijo...

@Juan El problema es que la mayoría piensan que el alcohol es la única "estrategia" para socializar.
Mi vicio son los tacos mañaneros :p

@fanntine Considero que es más la educación que los valores. Las personas pueden tener valores intachables pero en su educación se ha enseñado que el alcohol es la llave a nuevas amistades y el rechazo de la misma está vinculado al rechazo de la persona.

@Karma! Salud!