Me llama la atención el hecho de que habiendo El Clásico Nacional el fin de semana no me haya dado cuenta hasta apenas ayer en la noche y por accidente. Mi cuota de televisión durante los últimos meses se ha reducido a tan solo unas 2 horas al día, eso aunado que la enciendo para hacer ruido y en realidad estoy o haciendo un trabajo o ejercicio, por lo que realmente no le presto atención.
Hay muchos factores, tal vez el hecho de que no he visto televisión como se debe ha provocado que Telerrisa no me trate de vender un partido donde 2 equipos mediocres, de media tabla para abajo, que juegan pa’l perro y que no han ganado ni en las canicas en los últimos años, se enfrentan nuevamente en un partido que seguramente será y terminará como los últimos 8 o 10 partidos entre estos 2 equipos: con una hueva total, aburrido y soportando los gritos sin sentido y comentarios estúpidos de los narradores tratando de emocionar un partido que no levanta ni con Viagra ©.
También puede ser que vivo en Monterrey, una ciudad donde la gente solo idolatra a sus equipos locales ciegamente al punto de percibirlos como los mejores equipos del mundo, como si el Montegay o los Tígueres fueran mejores que Barcelona, Inter de Milán, Real Madrid, Bayern Munich, Ajax, Chelsea, Milán y Manchester United juntos. Digo, es parte de la cultura regia ensimismada donde desdeñan todo lo que esté fuera de su ciudad y lo consideran un rancho.
Tal vez es la mediocridad, no solamente de América o Chivas, sino del fútbol mexicano en general. Antes recordaba que me emocionaban ver los partidos de fútbol de casi cualquier equipo, ver los partidos de América, Chivas, Cruz Azul y Pumas auguraba exaltación. Obviamente ver a la selección era la cúspide de los partidos en México. Ahora, durante los últimos años, los partidos más “emocionantes” (nótese las comillas) los protagonizan Toluca, Santos y Pachuca y ver a la selección nacional se ha vuelto tan poco emocionante como ver jugar al Puebla y Jaguares en un partido amistoso en las canchas de educación física de la Universidad Veracruzana. Actualmente me emociona más ver los partidos de Europa (bendito sea el cable e Internet) y me informo más del Barcelona, Manchester United, Liverpool e Inter de Milán. Y no soy el único, mucho gente está más atento a Europa que a México ¿Llegara el día en que, gracias al acceso más sencillo de cable e Internet, haya más aficionados a Barcelona/RealMadrid que a Cruz Azul/América/Chivas?
O tal vez soy yo, que mis cambios en mi rutina diaria ha provocado que deje de lado el fútbol y me concentre más en mis proyectos, estudios y diversión personal fuera del fútbol. Recuerdo que, no hace pocos años, el fin de semana era religiosamente ver la mayor cantidad de partidos posible, ahora prefiero buscar cosas en Internet, hacer ejercicio o salir que quedarme en casa y ver como 90 minutos de mi vida se diluyen como arte de magia al rodar de un balón entre 2 equipos de dudosa calidad y mediocre accionar.
Seamos sinceros, América y Chivas viven de glorias pasadas. Se consideran equipos grandes porque tienen muchos títulos pero esos títulos los ganaron, en su mayoría, en los 60’s, 70’s y 80’s, es decir, hace más de 20 años. En México, su “jerarquía” (nótese nuevamente las comillas) se ha sostenido con alfileres gracias a las televisoras nacionales. El Clásico Nacional se muere de nada porque sus protagonistas han logrado nada, ahora son una caricatura mal hecha de lo que fueron antes. Antes, en los 90’s, aunque no fueras aficionado a los equipos, tenías que ver el juego porque sabías que ibas a ver buen fútbol, cierto nivel de calidad y emoción, ahora el clásico se ha convertido en un partido más, que en unos años a nadie interesará, solo a Televisa.
2 comentarios:
Buen post, buena reflexión sobre "el clásico" y te felicito por ver menos TV.
saludos!
Gracias Raúl. La lucha se hace :p
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