lunes, 3 de enero de 2011

Despejando la mente para hacer más


Primer día del año 2011! Sí lo sé, estamos a día 3 de enero pero seamos sinceros, el sábado y domingo no cuentan porque eran fin de semana y les aseguro que se la pasaron echadotes en su casa haciendo absolutamente nada o, mínimo, haciendo cochinadas.

Este es realmente es el primer día de 2011 porque es lunes, regresamos a trabajar (o escuela), a la rutina clásica del año con la diferencia de que tenemos que pagar predial, tenencia (gracias, pin*** Medina) y otros bien amados impuestos.

Este es el primer día de trabajo sobre los benditos propósitos del año nuevo y donde empieza el verdadero enigma personal de este año ¿Durante cuánto tiempo mantendremos la actitud de ’ora sí es mi año y voy a cumplir todos mis propósitos? ¿1 mes? ¿2 meses? ¿3? ¿6?

Por ejemplo, yo ¿Cuánto tiempo mantendré el ciclo de escribir un post al día? Conste que no es propósito de año nuevo, pero se siente chido… hasta que la hueva me gane y corte mi racha (chale, que negativo se leyó eso).


Pero no se preocupen, para eso tengo un método (léase con tono del Dr. Chunga) IN-NO-VA-DOR, MUAJA para que usted y yo podamos mantener el ritmo de trabajo y producir más.

Sabemos que llega un punto de nuestros días laborales o estudiantiles donde nuestro cerebro está saturado de pendientes, a veces con cosas intranscendentes pero que de todas maneras ocupan espacio en nuestro limitado cerebro. Hay ocasiones en las que necesitamos deshacernos de ese peso extra que por el momento no necesitamos y enfocarnos en lo que tenemos que hacer en el momento.

Primero que nada hay que hacer un listado de tareas que tenemos que hacer. Podemos utilizar diversos medios, en mi caso utilizo la página http://todo.ly/ porque me permite verificar lo que tengo que hacer desde cualquier computadora, pero no es la única forma. Outlook, Thunderbird (con el addon Lightning), mi Nokia 2100 tiene la capacidad de registrar recordatorios que bien puedo utilizar como registro de actividades (seguramente el iPhone y BlackBerry lo tienen). Ya el caso extremo, si no quieres usar tecnología entonces utiliza una libreta o agenda (evita las hojas sueltas, se pierden).

¿Porqué apuntarlo si yo puedo recordarlo todo? No es el hecho de que se te olvide algo o no, es el hecho de despejar la mente y realmente enfocarla en las acciones que tienes que realizar, utilizar tus neuronas para hacer, no para recordar.

Escribe todo, absolutamente todo, lo que tienes que hacer hoy, mañana y siempre, no solamente cuestiones de trabajo, también cuestiones personales como “llamar a Lisa para felicitarla por su cumpleaños” o “llamar a Mario para concertar la ida al cine el miércoles” incluso "comprar un chicle motita en el Oxxo", no importa como lo redactes (al fin y al cabo la lista solo es para ti), pero tienen que ser acciones atómicas y claras ¿A que me refiero con acciones atómicas y claras? Me refiero a acciones directas sin oportunidad de interpretación. Por ejemplo:
  • Hacer las compras al súper.
No cuenta como acción atómica y es muy vago, suena muy extenso ya que seguramente tienes muchas cosas que comprar y tienes que esforzarte a recordar que cosas tienes que comprar. Desglósalo:
  • Ir al súper a comprar papel de baño, espagueti, cepillo de dientes, bolsa para basura, etc.
Otro ejemplo sería:
  • Preparar la cena.
A pesar de que es una acción atómica es vaga ¿Qué es lo que vas a preparar? ¿Realmente quieres después esforzarte pensando qué se me antoja? Mejor escribe:
  • Preparar un sándwich con jamón, queso, salami, tomate, cebolla, mayonesa, salsa cátsup y un chile chipotle.
¿Porqué desglosarlo? Porqué, como mencione, es despejar la mente, utilizar las neuronas para hacer, no para recordar. A lo mejor te sale una lista de más de 200 o 300 actividades, la extensión no importa, lo que importa es que ya sabes qué es lo que tienes que hacer, ya tienes definidas tus acciones, ahora solo falta hacerlas.


Una vez que tienes todas las actividades selecciona una y solo una, la que tú quieras, no importa el criterio que estés utilizando. En mi caso normalmente escojo la más urgente o la más rápida de hacer. Cásate con ella, adóptala, hazla tuya (chale, eso se leyó raro) de principio a fin, termínala. Una vez que la termines táchala de tu lista.

El hecho de tachar una actividad de tu lista te aseguro que tu mente se sentirá satisfecha de que hay algo menos de que tenga que preocuparse. Es por ello la importancia de listar acciones atómicas: tomas una acción, la haces, la tachas y obtienes la satisfacción de tener un pendiente menos. Entre más atómicas sean las acciones mejor.

En ocasiones, mientras haces una actividad te acuerdas de otros pendientes. La acción es simple, apúntalos al final de la lista y olvídate de ellos, termina lo que estás haciendo, ya iniciaste una actividad ahora la terminas, nada a medias. También por eso es importante que las acciones sean atómicas, no te debería de llevar más de 1 hora hacer una actividad, para que al terminarla puedas seleccionar otra actividad que tal vez terminó siendo más urgente.

Al final día, revisa qué cosas terminaste y tendrás la sensación de que realmente avanzaste, no solamente en tu trabajo, sino también en el plano personal.

Esta es una forma, a mí me funciona, aunque como sabrán no es la única. El objetivo de esto es evitar (o al menos retrasar) la frustración de tener “tantas cosas que hacer y no tener tiempo para hacerlas". Por eso terminamos abandonando el gimnasio o la dieta

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